Que aprendí del módulo uno?
Como les expresé en mi presentación, el balance de mi experiencia con la
página de mi curso presencial, fue dispar, mas bien pobre. Con todas sus
limitaciones, ese instrumento no era correspondido por los alumnos, el feedback
mas primario no estaba allí. En general
ubiqué como causas fallas en mi formación pedagógica, un contexto institucional
complicado, falta de medios,etc y luego, en ese orden, los alumnos (sus miedos,
su inmadurez, etc : mayormente producto de “su” estado de las cosas).
Este curso me ha brindado a partir de un punto – la evaluación- una
visión amplia, sistémica del aprendizaje, y al mismo tiempo un conjunto de
conceptos constitutivos del mismo que me acercan a la posibilidad de pensar e
implementar prácticas de evaluación más ricas. Pero al mismo tiempo, como
sucede usualmente, esta oportunidad nos expone a riesgos, tal vez el más
importante: el del fracaso. Asustado, entonces, quedan para mí pendiente encontrar
o trabajar las ideas, conceptos e
instrumentos que nos preparen para el desafío. Con un diagnóstico de situación,
el diseño – aunque sea básico- de una estrategia evaluativa más compleja es muy
importante. Luego la implementación y el control de los puntos nodales del
proceso definidos como sensibles –se me ocurren : alcance del feedback, retroalimentación,
control del plagio, colaboración, apertura pública, evaluación docente -. Luego
el balance : aquí tomaría el modelo evaluativo general DPCD –para abreviar: del aprendizaje, para el aprendizaje, como
aprendizaje y desde el aprendizaje. - Finalmente, empezamos otra vez;
si sale bien creceremos un poco más ….
Dos puntos que me parecen cruciales y que fueron planteados con mayor o
menor énfasis por varios compañeros en las cinco preguntas son:
a)
El necesario
involucramiento institucional, desparejo y a veces ciertamente ausente –valoro
aquí que la UBA por intermedio de este espacio se “atreva”-
b)
Los
recursos tecnológicos y docentes necesarios para que todo lo que estamos
pensando sea posible. En principio, los objetivos de cualquiera de las
alternativas que puedan parirse en este curso deberían involucrar más y mejores
recursos. No puedo pensarlo desde la referencia de mi cátedra –tanto en la UBA
como en algunas otras universidades pagas- donde un docente se para solo frente
a un curso de 80 o 100 alumnos dos veces por semana con escasos medios humanos
y materiales. Nada nuevo.
Que mas aprendí; el
manejo de herramientas tiene un alcance práctico fundamental. Después de todo
en este mundo formado y reformado por la tecnología, la actualización en el uso y posibilidades de esas herramientas es ineludible.
Tarea pendiente que necesito profundizar.
En síntesis: si
el curso terminara para mí en este modulo uno, su aporte sería significativo
en tanto herramienta para pensar proactivamente. Desde allí, mi voluntad y mi
capacidad de manejar las restricciones, marcarán los límites a donde llegue.
Saludos.
Hola!
ResponderEliminarMuy interesante tu sintesis...
Desde mi mirada docente, muy gratificante también. Veremos como se complementa este aprendizaje en los módulos siguientes.
Hola Enrique, interesante tu síntesis. Me parece valiente analizar la propia experiencia de manera crítica y reconocer que la introducción de un entorno virtual no siempre es fabulosa. A mi me sucede lo mismo, lo bueno que puedo decirte es que a través de la participación constante en estos cursos voy de a poco mejorando distintas facetas de mi entorno virtual y en ocasiones también del presencial. Saludos
ResponderEliminarMarina